Canales de comunicación: muchos más de los que imaginas
Una de las decisiones clásicas más importantes para los centros educativos que desean mantener una buena comunicación con las familias y el entorno es elegir los canales más adecuados a su objetivo y, claro está, establecer una estrategia para desarrollarlos de manera eficaz. Todo comunica y todo genera imagen de centro por lo que no debemos descuidar ninguno. Con la llegada de internet ha cambiado el modelo clásico de comunicación y es importante tener presente qué aspectos debemos manejar a la hora de planificar las acciones comunicativas en la escuela.
Los canales de comunicación son el soporte mediante el que se transmite el mensaje desde el emisor hasta el receptor. Circulares, internet, teléfono, e-mail, sms, radio, prensa, televisión… son muchos los canales de comunicación que podemos utilizar. Pero, ¿cuál escoger?
Vamos a ver, en primer lugar, cómo podemos clasificarlos.
Una primera segmentación podría ser si son canales personales o interpersonales. Los primeros son medios de comunicación más directos, que permiten la interacción entre emisor y receptor. Es una conversación limitada a un receptor o a un número limitado de ellos. Podrían ser por ejemplo, el teléfono o la agenda. Los canales interpersonales, son aquellos que se dirigen a muchos receptores, por tanto, no hay posibilidad de personalizar el mensaje. Un ejemplo sería la prensa y radio o, para ajustarlo más a nuestro entorno, las circulares o los e-mails generalizados a los padres.
Otra clasificación o distinción entre canales es si son unidireccionales o bidireccionales. Es importante tener esto en cuenta ya que, desde la aparición de las redes sociales, probablemente nuestro interlocutor esperará de nosotros la posibilidad de responder o interactuar. Es importante tener en cuenta que la bidireccionalidad no debe circunscribirse sólo al ámbito de las redes sociales. Piensa, por ejemplo, si cuando tu centro envía una comunicación por e-mail, lo hace desde un mail de sistema que no permite respuesta o cuánto tiempo tarda en recibir una respuesta o si la respuesta es adecuada… eso también es bidireccionalidad.
En cualquier caso, la tradicional decisión sobre la utilización de canales de comunicación on line / off line, presenciales o remotos, oficiales u oficiosos se ha difuminado en un mundo hiperconectado, donde la frontera entre estas disyuntivas es casi imperceptible, porque se retroalimentan entre sí y evolucionan constantemente.
"En cualquier caso, la tradicional decisión sobre la utilización de canales de comunicación online/offline, presenciales o remotos, oficiales u oficiosos se ha difuminado en un mundo hiperconectado, donde la frontera entre estas disyuntivas es casi imperceptible, porque se retroalimentan entre sí y evolucionan constantemente."
Uno de los cambios más profundos que ha revolucionado la comunicación ha sido la definición del papel emisor y receptor tradicional, estático y definido anteriormente y dinámico e intercambiable en relación de horizontalidad en la actualidad: escuela y entorno se convierten en comunicadores y receptores a un tiempo.
En la era de la comunicación, y considerando “canal de comunicación” a toda vía de contacto entre las familias y el centro, vemos que no solo la web, las redes sociales, el mail o el correo, las agendas de los alumnos,.. son las vías para comunicar misión y valores del centro, sino que también las instalaciones y equipamiento escolar, la actitud y competencia de los profesionales que trabajan, la participación que ofrecemos a las familias en las decisiones de lo que desean para sus hijos, los servicios educativos que se ofrecen, la organización de las actividades extraescolares y complementarias... se convierten en los mejores "mensajeros" de lo que es nuestro centro educativo.
Así, bajo la idea general que “comunicamos lo que somos y somos lo que comunicamos”, es imprescindible hacernos la siguiente pregunta: ¿Qué queremos ser como centro educativo?
Pareciera un contrasentido que en cuestiones de comunicación no existiera también esa estrategia que hemos llamado “multi”. Se trata de combinar meditada y adecuadamente canales, medios y soportes que ayuden a ofrecer una comunicación en consonancia con las corrientes educativas actuales, y que aporten a nuestra organización una coherencia para establecer relaciones con la comunidad de un modo diferente y con un valor de compromiso con la mejora educativa.
"Así, bajo la idea general que “comunicamos lo que somos y somos lo que comunicamos”, es imprescindible hacernos la siguiente pregunta: ¿Qué queremos ser como centro educativo?"
Principios
La estrategia comunicativa de un centro educativo necesita regirse esencialmente por cuatro principios imprescindibles en la escuela de hoy: humanismo, innovación, dinamismo e inclusión. Será el qué y el para qué de cada momento lo que decida el cómo comunicar, y que dote de eficacia al propósito que se persiga:
- Humanismo: Colocar a la persona como centro de la acción. El alumnado, las familias y el profesorado son los elementos más importantes.
- Innovación: Que el sentido de cambio e innovación permanente vaya más allá del esnobismo del uso de la tecnología y se dirija a la transformación de las personas, sus relaciones e interacciones como modelo innovador de una sociedad mejor.
- Dinamismo: Las estrategias comunicativas de hoy no sirven para mañana. Es necesario estar dispuestos a la renovación permanente de modelos comunicativos.
- Inclusión: Nuestra estrategia no solo debe ir dirigida a todo el alumnado y a todas las familias, independientemente de su cultura, conocimiento o condición, sino que es necesario asegurar que rompe cualquier barrera que pudiese impedir la comunicación.
Condicionantes para elegir el canal
Podríamos concretar cuatro puntos a la hora de elegir el canal más apropiado:
- El receptor: el punto de partida para poder elegir el medio de comunicación más apropiado, es conocer al receptor de tu mensaje. Hemos de tener claro cuáles son sus hábitos en términos de comunicación, en qué canales se mueve y en qué momentos utiliza unos u otros. Por ejemplo: ¿tus clientes acceden al e-mail de manera frecuente? ¿Prefieren las comunicaciones en papel, vía agenda? ¿Acuden habitualmente a la escuela? ¿Prefieren una comunicación más inmediata a través del móvil?
- El contenido: en función del tipo de mensaje, deberemos pensar cuál es el canal más apropiado. Es decir, parece lógico pensar que para comunicar, por ejemplo, cambios en la estrategia educativa del centro, utilizaremos un canal formal y preferentemente presencial y generalizado. Por el contrario, para comunicar un cambio de planificación de una excursión, utilizaremos un canal más directo, ágil y personalizado al grupo en cuestión, como un sms o una app móvil.
- La urgencia: ¿necesitamos que nuestro mensaje llegue inmediatamente a su destinatario o nos basta con que lo reciba a lo largo de los próximos días? Recientemente una niña de infantil pasó cuatro horas encerrada en el autocar. En el colegio no avisaron a los padres de su ausencia.
- El objetivo: aunque lo hemos puesto en última posición, es tanto o más relevante que los puntos anteriores. Al escoger el canal es muy importante tener claro qué objetivo perseguimos: ¿queremos simplemente informar? ¿necesitamos una respuesta o interacción por parte del emisor? ¿queremos generar una conversación en torno al tema?...
CONCLUSIÓN
Una buena elección del canal es fundamental para el éxito de nuestra comunicación. El receptor, el contenido, la urgencia y el objetivo del mensaje deben determinar la elección de canal más apropiado. Nos moveremos en diferentes canales, aprovechando las sinergias que surjan de ellos. Elegir el qué y el para qué se establece como elemento clave de la estrategia comunicativa que diseñemos en el centro. Una utilización dinámica y multicanal nos ayudará a desarrollar una estrategia comunicativa que sea coherente con los principios de humanización, innovación, dinamismo e inclusión.